Summer gay mission : el perro peruano
Summer gay mission : el perro peruano
Javier, pscicoanalista peruano, se encuentra ejerciendo en el Marais, el barrio gay de París. Al constatar que todos pasean alguna "chuchería coqueta" decide llamar a Genoveva, su nana que vende chicharrón en Pachacamac y cambia la placa a los ticos robados, para que le mande un PPSP (léase PIPIESPI), Perro Peruano sin Pelo, con el cual distinguirse.
Marichenka,
Tú sabes que en el Marais todos pasean algo : una iguana,
un
lemur, un armadillo, una boa, un tucán, una rata, en fin, chucherías
coquetas que con o sin pelo terminan por robarse el cariño de moros y
cristianos. No sé por qué, pero cuando ví a Rishi, el hindú que pasea a
los dálmatas de la parejita de diseñadores gráficos de al frente, pensé
pucha, qué será de la Marichenka y de su dogo argentino, Batuke. O sea,
no calculas hasta qué punto me acuerdo todavía de cuando te escapaste del
equipo nacional ruso de volley en el 90, y te trepaste la reja
del Jorge Chavez con Batuke en una caja y tu mochila llena de latas de
atún y shampoo que te llevabas para tu vieja allá por esto del
comunismo que lo jodió todo. O sea, hasta este mismo día, me sigue pareciendo fenomenal tu decisión, y sabes por qué, porque hay una diferencia fundamental
entre haberte quedado ALLÁ, vistiéndote igualita con doce mil obreras
rusas que arman kalashnikov, y morirte de hambre ACÁ (dejaron de
importar musli y galletas de agua en esa época, horrible), pero al
menos, al menos, ACÁ en el 90 te podías ir con tus dólares MUC a una
boutique y comprarte un sastre Chanel que, ciertamente, no te quitaría lo de rusa obrera con beca comunista para el deporte,
ok, PERO te hubiese convertido en LA obrera, obrera deportista si quieres, que en
toooda la fábrica hubiese usado Chanel, no sé si me entiendes.
Regresando a lo de Batuke, me acordé de lo extraordinariamente fuera de lo común que se te veía a tí con esos ojasos azules tipo incrustaciones Mayas sobre tus pómulos altísimos y esa geometría tosca\sexy de tu cara que con el dogo argentino más, te hacían ver super outsider de la chusma que te rodeaba. ESO es lo que quiero. He decidido conseguir un perro excepcional que me distinga de todos los go go boys y de los gay truck drivers del barrio ¿Me dejo entender? Ya, déjame respirar un ratito. Mejor te pongo un nuevo párrafo acá para que tú también respires.
Salía de consulta, ¿ok? Y fue cuando realmente me decidí por hacer patria. Regresé al depa, regué los cactus, alimenté al axoloth, firmé un par de dossiers clínico-policiales que mandaban a medio París a la cárcel (pedofilia y hackers, básicamente) y me tiré en el canapé lit con un Chilcano, bien helado. Bajo mi catálogo de Braque y un par de press books que dos pacientes anoréxicas se olvidaron, encontré un compendio de ideas regias para volver a creer en el Perú, escrito por la mismísima Mariela Balbi. Pude leer lo siguiente : “El perro sin pelo del Perú, porque así se llama, fue registrado en 1985 como raza pura y desde aquel entonces, es considerado Patrimonio Cultural del Perú. Su crianza, por su alto precio, se reserva a las clases pudientes de la capital » ¿Tu qué crees? Me abalanzé sobre el Skype y llamé a Genoveva, mi nana que ahora vende chicharrón en Pachacamác y cambia las placas de los ticos robados, y le dije : « Geno, un faibor así, cómo estás, sí yo también, ya, mira, te acuerdas de ese perro que tu sobrina la Yamile tenía amarrado a la higuera cuando Sixto echaba cloro a la piscina ? Ya super simple, reina escúchame, me lo puedes mandar por DHL en papel burbuja ? No, no, no, linda, son siglas, no es Deache Ele, es D-H-L, separado, lo mandas nomás, yo te mando un giro online,ok ? » Y la Genoveva, Dios la tenga en su santa gloria porque se asfixió con un huesito en la pollada que hizo para comprar el papel burbuja y pagar el envío, logró hacerme llegar a Orly un maravilloso Perro Peruano. Desde hace varios días, más de uno se siente secretamente corroído por la envidia el Marais, con sólo decirte que ayer despedí al psicoterapeuta de Pisco (así lo he bautizado) que vino a hacerle unas private sessions con esto de mudarse de Pachacamac al Marais (dificilísimo, mucha ansiedad tenía el perro), porque le encontré entre sus papeles al fronterizo este, un plan del más alto crimen organizado : juntar a todos los ponjas del Marais y seducir a Pisco con N variedades de sushi rellenos con BOCADO. De todo hay en el reino de Dios, Marichenka. Summer gay mission : DONE.
Ciao preciosa,
Javier
La princesa de Clèves era mi abuela
La princesa de Clèves era mi
abuela
Javier, psicoanalista peruano, se enamora de unos foulards Lacroix que lo conducen, inexplicablemente, hacia Varsovia. Allí abre un nuevo consultorio con la ayuda de Kacper Czeslaw, su carpintero. Kinga, una paciente que come jabón compulsivamente, le muestra una foto de su abuela Ana María de Kronenberg que aclara ciertas intrigantes dentro de su proyecto psicoterapéutico.
Me he taylorizado. Justo estaba reorganizando los volúmenes y los colores de mi nuevo consultorio en Varsovia con el fín de que los divanes apunten hacia la pileta que financió la Perestroika y podamos captar, durante la terapia, el mensaje del agua : recibo ahora a tres eslovacos al mismo tiempo, tú sabes, estos europeos del Este con tanta invasión, con esto de los circos y la moda de ser gitanos, tienen full problemas de identidad y en ese sentido, siento que sigo consultando en el Perú. He conseguido un carpintero mostro, Kacper Czeslaw, que me ha hecho un parquet divino con ishpingo salidito de un bosque de Grimm y dos tótem de Príapo que los tengo al lado del retrato de Carolina de Mónaco. La idea de este nuevo consultorio me vino cuando Mauricio Fernandini me mostró unos foulards Christian Lacroix, con unos diseños florales de las estepas polacas, y me quedé misteriosamente enamorado de ese país.
Arranqué los stickers que decían MIA,PAR,MAD, LOND y NY de mis maletas Vuitton, y las organizé de la siguiente manera : una con la obra integral de Melanie Klein y la otra con pura
ropa negra ( viudo profesional, que le dicen ) y me fui para Varsovia en el
primer vuelo de Lastminute.com. Llamé a mi tío Karol Grzegorz que estaba prendiendo
el carbón en Villa y desde su cel, a pesar de las maldades de Queirolo y del
huevo, me dijo : “Javier, Polognia serr la papa y el fodka, Javier, la papa y
el fodka : morrirte de hambrre”, y le dije…“Tío, sorry, pero tengo otra call en
la auxiliary line y debe ser el rubiecito de VarsoFarma trayéndome mis
anxiolíticos”, y colgué. Me quedé, no sabes, hecho un nudo de ideas super
confusas y tanáticas en cuanto a mis orígines croatas, checos y austríacos.
Marilú, ojo con una cosa, Rumanos no ah, porque esos son los que leen las cartas en la
Calle de las Pizzas y MI familia del lado de los Gargurevitch construye represas
en Chanchamayo para que las juguerías de Lince tengan algo que exprimir.OK? Lo
curioso de todo esto, es que ayer, trabajando sobre el TOC de una tal Kinga
Kronenberg (ella come compulsivamente jabón), me mostró esta foto de su abuela
Ana María de Kronenberg. Me fui en bad así como cuando olíamos ether en la Complutense. Marilú, tiens
toi : ¡ Era mi abuela ! Porfaor, dime, pero así dime, si no es la Princesse de Clèves versión folk !
O sea, puedes ser femme fatale porque te bacila, me entiendes, pero la Ana María, así, super natural con esa mirada de lago huarazino y esa peineta barroca que tiene montada sobre su fino rostro, con hilos de oro y perlas nórdicas, uy, super intenso. No sé, pero para mí, ha sido una iluminación. Me dan ganas de subir a una montaña brumosa, recitar poesía del yo y sentirme un romántico alemán ! Me dan ganas de irme a Taquile y estudiar los bordados locales para establecer parelelismos estéticos entre la cultura peruana y todo lo que quede al Este del Danubio ! Yo sé que tú me entiendes.
Le pedí a Kinga que se pare, la miré como que ok, eres simpática, y reconocí esos bucles de los Kronenberg que
yo también tuve en unas fotos en la Place du Tertre cuando modelaba chompas col roulé
para Petit Bateau. Olvídate, la miras a Kinga y es como que, guau, su imagen es super intensa, tienes que concentrarte en tantos planos, angulos y contrapicados de su cara, que mirarla, termina por ser tan empalagoso como comerse un suspiro a la limeña. Pasamos la tarde comiendo postres, tomando
champagne, jalando coca y la niña atinó a cancelarme al final de la velada, lo
que llamó su “mejor sesión de psicoterapia en Varsovia”. Me enteré que esta tal
Ana María había inventado la pastaiola, la penicilina, el agua tibia e internet.
Kinga
me dijo que la foto fue tomaba el día en que nacionalizaron los latifundios
polacos, que entró así full gente super roots con antorchas y palas y que comenzaron por quemar el taller de costura que la abuela se había hecho bajo un nogal. Se le
ve super triste a mi abuela ¿no crees? Kinga me dateó también que Ana María estaba mirando unas carretas que se llevaban las cabras de la familia, un cofre con joyas del mar muerto, y dos fustanes hasta hora perdidos en la geografía europea.
Pero te
tengo que dejar, Marilú, porque Kacper me está haciendo una caja de madera que
vamos a colgar en medio de la sala, en la cual, me he propuesto meditar siete
horas diarias en busca del sufrimiento de mundo.
Entre
acerrines y otros polvos, me despido ma belle,
Javier
Ajinomoto, pero sí Nascar
Ajinomoto, pero sí Nascar
Estoy, así, super tensa, super adolorida del esternocleidmastodeideo después de esta sacrosanta reunión con los empresarios japoneses del
Ajinomoto, y además tengo que llamar a estas horas a la cucarachita del Banco de Crédito (es mi sectorista) para que me solucione lo de la Visa sobregirada, y encima, seguro que ni contesta porque se fue a bailar reggaetón con sus amigas de IDAT. Ay, Gachi, Gachi, imagínate que durante cinco horas en la punta de una torre de vidrio sanisidrina, un tal Norio Yamaguchi, el
presidente de Ajinomoto (tranquila, el tío parece más bien sabio de gobelino montañoso y no es ningún
yuppie buenaso) me pasó full snapshots de sus hijas en su PDA para mostrarme cómo se cachuelean sus
hijas allá en la lejana Tokyo ( se soteó toda la reunión con tanto gráfico y entre jugar solitario y mostrarme sus miserias, qué crees) Activité mi bluetooth con un gesto super natural, me pasé la mano por el cerquillo y le dije, ok, mánda nomás a tus criters : Mikumi Yamaguchi
y Kameko Yamaguchi. Me contaba el sabio de gobelino que un día, sus crías conocieron a Sumomo
Yoko, piloto y manager del Nascar nipón en un evento de esta índole. Sumomo Yoko (al que le miden el aceite todos los pilotos después del champagne) es un diseñador maravilloso y una persona super dadivosa. Les cortó, así, en un par de tijerasos tipo Edward Scissorhands, unas telas sintéticas del toldo de los Ruiz de Somomurcio, los arequipeños estos que son propietarios de Aceros Arequipa, para vestirlas en un dor por tres y convertirlas en impulsadora de aceite para Nascar. Pero no calculas, así, no calculas, lo que sigue : Serenella Ruiz de Somomurcio, que ya me
había reconocido detrás de mis lentes DiorVather, se quedó en medio de las tribunas con su marido panzón, los dos expuestos a una luz solar que ni en sus latifundios más recónditos habían sentido. No por nada le dicen el país del sol naciente, te
juro, entró así, un rayo super perpendicular, y desde mi palco, ví, pero esta si es verdadera ah, CÓMO saltó el
punto cruz que Yuri Hanoko, el Otto Cedrón nipón, le había hecho a la Serenella para que el
chicharrón de su cuello sextogenario no se le corra. Las madres taparons los ojos a los pequeños y como una bruja desenmascarada, Serenella tuvo que envíar públicamente un correo a su asesora de imágen en Arequipa para que al menos la cosa se sepa de su propia boca. Le agarré una cierta simpatía a la
Mikumi y a la Kameko que por cosas de la vida, hicieron justicia divina, porque acuérdate Gachi, bien clarito, la
Serenella el año pasado le hechó bocado a mi Chachani antes del
show con obstáculos que estaba previsto en Máncora para la boda de Morgana Vargas Llosa ¿ Haz visto el calamar surrealista que la Mikumi (on your left) tiene puesto sobre la cabeza? Ese pelo seguro que hay nutrirlo, pero no con reacondicionador sino como a una planta carnivora. Es decir, no te basta, o sea hay gente con concha me entiendes, con
tener la cabeza en forma de hortaliza pero encima, o sea, te aplicas un litro tinte textil a base de cochinilla sintética para que tu cabeza se vuelva un personaje aparte que la gente venga a observar encima de tus hombros.La Kameko tiene el peinado de las Wong cuando bajan Conquistadores en
dúo Hilton, super lasia, aretitos celestes. Ya. Lo que realmente hizo que me atorase con la aceituna
del Martini fue la manito, mira la manito de la Kameko (on your right) que parece una garrita
de canario endógamo. Si para que la chibola no termine así, Gachi, bastaba con sometererla a los
ejercicios intensivos de arroz que nos hacía hacer la Nona : metías la mano en un costal
de la chacra, amazabas la menestra durante una hora y luego hacías tu página de
caligrafía con tus cookies y tu leche fría, y listo, un par de manos divinas para agarrar cetros y fumar con estilo. La estética que nos proponen estos dos caramelitos de arroz, se sitúa entre la aeromoza de Cruz del Sur y el mítico programa infantil peruano de los años 80. A la Kameko le mandé un sobrecito con el fono de Otto para que le limen
esa mandíbula de Pepe Cortisona con todo esto de las polidoras suecas que se ha
traído. Esta dos chiquitas ciertamente tienen mucho que aprender, lesson number one : no haber nacido.
Be safe,
Mocha